viernes, 27 de agosto de 2010

El Lazarillo de Tormes: el antihéroe de la España Imperial

Hoy abordamos la primera de las dos sesiones que dedicaremos al Lazarillo de Tormes, impresa a mediados del s. XVI y obra fundacional del género picaresco, caracterizado por el realismo, la autobiografía, la perspectiva marginal (el pícaro) y la tensión entre el deseo de subir de condición social y la inmovilidad de una sociedad jerárquica y estamental. Algunos autores, de hecho, consideran la picaresca como una escritura subversiva, trasgresora con el poder, mientras que otros ven en ella la mejor propaganda de esa sociedad aristocrática.

En clase hablamos de muchas cosas: el lenguaje popular de la obra, el sentido novelesco de su trama (donde se crea una red de eventos que se condicionan mutuamente y marcan la evolución del personaje), la dialéctica narrativa entre el adulto cínico de Lázaro y el inocente niño Lazarillo, los personajes más impactantes de la obra (el ciego, el escudero), la importancia del "caso" (cuernos) como eje estructurador de toda la novela, las fuentes genéricas (la epístola, el teatro y cuentos populares) y su evolución (hacia la novela moderna), la relación de la picaresca con la novela de caballerías, etc.

¿Qué más comentamos? ¿qué más se puede apuntar?

4 comentarios:

  1. También se comentó que este sentido crítico, hacia la sociedad estamental, que se deja ver desde el principio al fin de la novela, es por el personaje principal. Lázaro no es una persona que puede perder algo -como en los caballeros en las novelas de la época-, pues desde que nació no tiene nada, materialmente. Como persona, Lázaro va perdiendo poco a poco su moralidad, hasta que al final de la novela llega al extremo de preferir ser cornudo a seguir teniendo comida, que dejar a su esposa y volver a pasar hambre, su enemigo principal.

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  2. Sin duda, el tema de la honra es uno de los actantes (Greimas) de la trama. El escudero le dice al Lazarillo "Eres muchacho [...] y no sientes las cosas de la honra, en que el día de hoy está todo el caudal de los hombres de bien". Pero el hambre y las desdichas que vive con el escudero terminan de convencer al niño de que la honra no vale la pena. Yo creo que es justo en ese momento, al final del tratado tercero, donde el Lazarillo completa su proceso educativo ("revesado", osea, a la inversa) y nace definitivamente el Lázaro cínico y arribista.

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  3. Me atrevo a decir que Lázaro no pierde su moralidad, sino que la encuentra. Encuentra su manera de subsistir en la vida, encuentra su instinto animal y encuentra un camino que muchos idealistas tacharían de desalentador. Al principio es un Lazarillo ingenuo y golpeado por la vida (o por el viejo), mientras que al final es un Lázaro maduro que sabe que si bien no nació en cuna de oro, puede vivir cómodamente en una de papel.

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  4. Me tomo la libertad de decir que Lázaro no pierde su moralidad conforme avanza el libro, sino que la encuentra. Encuentra su animalidad (o instinto), encuentra su manera de subsistir y de manejar los eventos de su vida a su ventaja (aunque esto sea tachado por muchos de convenenciero o arribista). Este pícaro encuentra un camino de tranquilidad al aceptar que si bien no puede escalar la pirámide social, si puede encontrar comodidad, un techo y comida al navegar por la vida con bandera de ingenuo. Nuestro Lazarillo pasa de ser un joven golpeado por la vida (o por el viejo, como gusten verlo) a ser un Lázaro maduro, realista y ágil. Y aunque a nosotros nos parezca que su verdad es pobre y triste, a veces el ser humano sólo necesita "hacerse de la vista gorda" y mentirse un poco para sonreír ante las adversidades, justamente como lo hace nuestro ya bien querido personaje principal.

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