Fray Luis, líder intelectual de la universidad de Salamanca y agustino nostálgico de la vida retirada. Analizamos hoy varias de sus odas (a la vida retirada, a Francisco de Salinas, a la noche serena, ..) Su poesía está llena de ecos de la cultura grecolatina (sobre todo Horacio), pero no es una poesía fría. Hay en Fray Luis un canto a la naturaleza, a la soledad y a la conexión con Dios. Pero a diferencia de la poesía de San Juan, ese sentimiento religioso convive con un análisis científico, con una erudición de hombre culto. Ustedes mismos mencionaron la semejanza que encuentran entre su poesía y la de Sor Juana. Ambos intelectuales. Ambos religiosos.
Andrea nos explicó la importancia del tópico del "beatus ille" en la literatura de la época, como válvula de escape hacia nu campo idealizado, hacia nua soledad imposible de encontrar en las difíciles ciudades de la España del s. XVI (recuerden el Lazarillo). Muchos de las intelectuales de la época (Garcilaso, fray Luis, Fray Antonio de Guevara) sienten la nostalgia de una vida apartada y encuentran en la tradición latina (en Horacio, en Virgilio) el mito de la vida aldeana. Como bien señaló Andrea, se trata de una visión que, desde una perspectiva ideológica, defiende una vida inactiva, contemplativa. Es decir, anticapitalista.
LECTORES DE TEXTOS CLÁSICOS: Ricardo Rangel, Ricardo Gutiérrez, Andrea Cuautle, Andrea Rauch, Alejandra Castillo, Cecilia González, Carmen Irabien, Adriana Bastarrachea, Andrew Bellino, Olivia Redline, Adrian Juárez, Dayne Reed y Sergio Reyes
miércoles, 6 de octubre de 2010
viernes, 1 de octubre de 2010
San Juan el poeta
Hoy la clase tuvo un ritmo algo diferente. Nos concentramos todos en analizar un sólo texto, el Cántico espiritual de San Juan de la Cruz.
Fray Juan fue compañero de Santa Tersa de Jesús en la orden carmelita. Ambos deseaban reformas en la Iglesia (Santa Teresa, por ejemplo, fue una exitosa fundadora de conventos; San Juan tenía una formación más intelectual, y cumlpía más una labor de "ideólogo" de esas reformas ambos tuvieron serios problemas con sus superiores en la orden).
En Cántico espiritual San Juan toma como base el Cantar de los cantares hebreo y lo recrea en una versión "a lo divino" (osea, lo lleva a un significado religioso). Sin embargo, lo que sorprende de ese poema es su intensidad erótica ("y me dejaste con gemido"), sus poderosas imágenes ("en cuevas de leones enlazado"), sus juegos expresivos ( como las siguientes aliteraciones: "un no se qué que quedan balbuciendo", "el silbo de los aires amorosos"), en fin, su calidad poética. ¿Fruto de la inspiración divina? ¿Resultado de su buena formación intelectual? ¿talento personal?
Pórque San Juan un sólo fue un poeta importante en su época, sino uno de los autores que más ha influido en la poesía del siglo XX. La poesía existencialista (Blas de Otero, Dámaso Alonso) o el surrealismo (Octavio Paz, Lorca) han tenido en San Juan uno de sus poetas favoritos. De hecho, sus imágenes escapan a las habituales analogías de la poesía renacentista (los labios como rubíes, el cabello como oro) y vuelan a territorios más inconscientes ("la caballería a vista de las aguas descendía"). Otra de sus aportaciones más vanguardistas es la libertad con la que combina elementos poéticos de tradiciones heterogéneas (integra recursos de la literatura de caballerías, de la lírica popular, del petrarquismo, de la Biblia). En fin, la poesía de San Juan es una de las sorpresas mayúsculas del siglo XVI.
¿Y a ustedes... qué les llamó más la atención de su poema?
Fray Juan fue compañero de Santa Tersa de Jesús en la orden carmelita. Ambos deseaban reformas en la Iglesia (Santa Teresa, por ejemplo, fue una exitosa fundadora de conventos; San Juan tenía una formación más intelectual, y cumlpía más una labor de "ideólogo" de esas reformas ambos tuvieron serios problemas con sus superiores en la orden).
En Cántico espiritual San Juan toma como base el Cantar de los cantares hebreo y lo recrea en una versión "a lo divino" (osea, lo lleva a un significado religioso). Sin embargo, lo que sorprende de ese poema es su intensidad erótica ("y me dejaste con gemido"), sus poderosas imágenes ("en cuevas de leones enlazado"), sus juegos expresivos ( como las siguientes aliteraciones: "un no se qué que quedan balbuciendo", "el silbo de los aires amorosos"), en fin, su calidad poética. ¿Fruto de la inspiración divina? ¿Resultado de su buena formación intelectual? ¿talento personal?
Pórque San Juan un sólo fue un poeta importante en su época, sino uno de los autores que más ha influido en la poesía del siglo XX. La poesía existencialista (Blas de Otero, Dámaso Alonso) o el surrealismo (Octavio Paz, Lorca) han tenido en San Juan uno de sus poetas favoritos. De hecho, sus imágenes escapan a las habituales analogías de la poesía renacentista (los labios como rubíes, el cabello como oro) y vuelan a territorios más inconscientes ("la caballería a vista de las aguas descendía"). Otra de sus aportaciones más vanguardistas es la libertad con la que combina elementos poéticos de tradiciones heterogéneas (integra recursos de la literatura de caballerías, de la lírica popular, del petrarquismo, de la Biblia). En fin, la poesía de San Juan es una de las sorpresas mayúsculas del siglo XVI.
¿Y a ustedes... qué les llamó más la atención de su poema?
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Poetas del siglo XVI
Ricardo Gutiérrez abrió hoy la clase con la explicación de la "imitatio auctoris", el lema latino que explica la forma de hacer y valorar la literatura en el Renacimiento. A diferencia del modo romántico, que valoraba la originalidad creadora del yo y la expresión de la fantasía y la imaginación, el Renacimiento mide el valor estético de una obra por la capacidad del artista para recrear la tradición, repetando el modelo original pero adaptándolo de forma personal. Los poetas clásicos más imitados serán Virgilio (sus églogas y la literatura pastoril) y Horacio (las odas y su teoría del "decoro"); y de Italia las fuentes más importantes serán Dante y Petrarca (sonetos, paisaje). Carmen nos comentó también la relevancia de Sannazaro, y su interpertación del platonismo.
El resto de la clase, por turnos, pudimos comentar diferentes del siglo XVI menos canónicos que Garcilaso. Andres C. comentó la importancia de Boscán como introductor de las formas italianas. Adriana eligió el famoso madrigal de Gutierre de Cetina ("ojos claros, serenos,.."), que refleja los temas del amor cortés (el sufrimiento amoroso opr el rechazo de la amada idealizada) pero en un tono más sencillo. Andrew nos mostró un poema burlesco de Hurtado de Mendoza (loa a la zanahoria), con un contenido erótico que contrasta con el idealismo de la poesía convencional del época. Olivia nos habló de Castillejo, el "rebelde" de este grupo, que se opuso al exceso italianista y defendió el valor de la tradición española (sin dejar por ello de ser profundamente renacentista). En fin, un repaso ligero, pero bastante variado, a las otras voces poéticas del renacimiento, que preparan el camino a la explosión (boom, que se diría en inglés) artística del barroco del siglo XVII (Góngora, Quevedo).
¿Me dejé algo importante en el tintero?
El resto de la clase, por turnos, pudimos comentar diferentes del siglo XVI menos canónicos que Garcilaso. Andres C. comentó la importancia de Boscán como introductor de las formas italianas. Adriana eligió el famoso madrigal de Gutierre de Cetina ("ojos claros, serenos,.."), que refleja los temas del amor cortés (el sufrimiento amoroso opr el rechazo de la amada idealizada) pero en un tono más sencillo. Andrew nos mostró un poema burlesco de Hurtado de Mendoza (loa a la zanahoria), con un contenido erótico que contrasta con el idealismo de la poesía convencional del época. Olivia nos habló de Castillejo, el "rebelde" de este grupo, que se opuso al exceso italianista y defendió el valor de la tradición española (sin dejar por ello de ser profundamente renacentista). En fin, un repaso ligero, pero bastante variado, a las otras voces poéticas del renacimiento, que preparan el camino a la explosión (boom, que se diría en inglés) artística del barroco del siglo XVII (Góngora, Quevedo).
¿Me dejé algo importante en el tintero?
sábado, 25 de septiembre de 2010
Garcilaso de la Vega
La experiencia de la clase fue algo diferente. En esta ocasión cada estudiante debía incorporar a su análisis lo aprendido en textos o websites de crítica literaria.
Olivia nos comentó el problema de simplificar demasiado la visión de la influencia italiana en el renacimiento español. Si bien es cierto que se importaron formas métricas (el endecasílabo, el soneto y la lira) y sensibilidades (la descripción de la naturaleza y la mujer, la introspección amorosa) también lo es que la tradición autóctona fue igualmente influyente. Andrea Cuatle y Adriana, por ejemplo, nos ayudaron a entender la importancia del amor cortés, heredado de la poesía trovadoresca. Los romances y la poesía de cancionero también vivieron una segunda juventud en el siglo XVI.
Para profundizar en el renacimiento español Andrew nos recomendó visitar la website de Spanishart. Y Dayna encontró la utilidad del blog de Paola de Nigris, una profesora uruguaya.
Desde una perspectiva más poética e intimista, Cecilia resumió la visión de Dámaso Alonso sobre Garcilaso: "Del Oeste (Italia) le llegó la materia artística y del Este (Portugal) la musa (Isabel Freire)". Adrián, tras la lectura de Azorín, evocó la imagen de un Garcilaso convaleciente, en su exilio del Danubio, sublimando de su dolor emocional en el agua que fluye ("Salid sin duelo, lágrimas, corriendo"). Ricardo G. nos recordó, en palabras de Lapesa, cómo a pesar de las influencias artísticas que Garcilaso imitaba su poesía expresa una profunda emoción original, que impactó en la época.
Entre todos vimos, además, la importancia que la vida de Garcilaso puede tener en su obra. Soldado ejemplar, cortesano renacentista y aristócrata de la más alta alcurnia. Sus amores palaciegos pueden ser la base personal de inspiración de su lírica.
En el análisis ya concreto de sus textos, Carmen comentó de forma excelente el soneto XXIII ("En tanto que de rosa y azucena"), donde pudimos observar ese equilibrio entre la pasión y la castidad, entre el gozo del presente y la muerte segura del futuro. En cuanto a la égloga I, dos son los pastores, Salicio y Nemoroso, que se quejan de su mal de amores, con la naturaleza de fondo (en la que proyectan su drama interior y de la que subliman, finalmente, su dolor).
Sé que me dejo mucho por decir y que otros compañeros enriquecieron este análisis. Ayúdenme...¿ qué más añadirían?
Olivia nos comentó el problema de simplificar demasiado la visión de la influencia italiana en el renacimiento español. Si bien es cierto que se importaron formas métricas (el endecasílabo, el soneto y la lira) y sensibilidades (la descripción de la naturaleza y la mujer, la introspección amorosa) también lo es que la tradición autóctona fue igualmente influyente. Andrea Cuatle y Adriana, por ejemplo, nos ayudaron a entender la importancia del amor cortés, heredado de la poesía trovadoresca. Los romances y la poesía de cancionero también vivieron una segunda juventud en el siglo XVI.
Para profundizar en el renacimiento español Andrew nos recomendó visitar la website de Spanishart. Y Dayna encontró la utilidad del blog de Paola de Nigris, una profesora uruguaya.
Desde una perspectiva más poética e intimista, Cecilia resumió la visión de Dámaso Alonso sobre Garcilaso: "Del Oeste (Italia) le llegó la materia artística y del Este (Portugal) la musa (Isabel Freire)". Adrián, tras la lectura de Azorín, evocó la imagen de un Garcilaso convaleciente, en su exilio del Danubio, sublimando de su dolor emocional en el agua que fluye ("Salid sin duelo, lágrimas, corriendo"). Ricardo G. nos recordó, en palabras de Lapesa, cómo a pesar de las influencias artísticas que Garcilaso imitaba su poesía expresa una profunda emoción original, que impactó en la época.
Entre todos vimos, además, la importancia que la vida de Garcilaso puede tener en su obra. Soldado ejemplar, cortesano renacentista y aristócrata de la más alta alcurnia. Sus amores palaciegos pueden ser la base personal de inspiración de su lírica.
En el análisis ya concreto de sus textos, Carmen comentó de forma excelente el soneto XXIII ("En tanto que de rosa y azucena"), donde pudimos observar ese equilibrio entre la pasión y la castidad, entre el gozo del presente y la muerte segura del futuro. En cuanto a la égloga I, dos son los pastores, Salicio y Nemoroso, que se quejan de su mal de amores, con la naturaleza de fondo (en la que proyectan su drama interior y de la que subliman, finalmente, su dolor).
Sé que me dejo mucho por decir y que otros compañeros enriquecieron este análisis. Ayúdenme...¿ qué más añadirían?
jueves, 23 de septiembre de 2010
Algunos tesoros digitales... el soneto
En este parcial me gustaría que estuviéramos todos muy atentos a los recursos digitales que en internet se encuentran de forma gratuita (REA, osea, Recursos Educativos ABiertos, es el nombre que les dio la UNESCO en el 2002) y que nos pueden echar la mano en la lectura y goce de la literatura clásica.
Hoy les comparto dos joyitas. La primera es una página personal de un poeta contemporáneo, Francisco Álvarez Hidalgo. En ella expone su obra (bastante inteersante, por cierto). Y tiene la generosidad también de incluir información sobre la historia de la poesía y la cultura en español. Por ejemplo, en el banner de la izquierda, abajo, hay una liga (la penúltima) titulada "Hispánica". Si la clican, verán una serie de ligas con información sobre los autores que estamos leyendo y su contexto cultural. Otra de las ligas del banner (un poquito más arriba de Hispánica) es una "Antología de sonetos", muchos de ellos de los siglos XVI y XVII. Pero también del siglo XX. Es una manera genial de ver el uso que distintos poetas y épocas le han dado a esta forma métrica clasicista, usada por poetas tan heterogéneos como García Lorca, Octavio Paz o Juan Ramón Jiménez.
La otra es un website exclusivamente dedicado a explicar el soneto. En ella pueden entender mejor cómo se cuentan las sílabas, cómo funciona la rima, en qué se diferencia la métrica española de la del inglés o la del latín. En fin, muy útil si no tienen mucha formación previa sobre este tipo de poesía clásica.
¡Espero que les sean útiles!
Hoy les comparto dos joyitas. La primera es una página personal de un poeta contemporáneo, Francisco Álvarez Hidalgo. En ella expone su obra (bastante inteersante, por cierto). Y tiene la generosidad también de incluir información sobre la historia de la poesía y la cultura en español. Por ejemplo, en el banner de la izquierda, abajo, hay una liga (la penúltima) titulada "Hispánica". Si la clican, verán una serie de ligas con información sobre los autores que estamos leyendo y su contexto cultural. Otra de las ligas del banner (un poquito más arriba de Hispánica) es una "Antología de sonetos", muchos de ellos de los siglos XVI y XVII. Pero también del siglo XX. Es una manera genial de ver el uso que distintos poetas y épocas le han dado a esta forma métrica clasicista, usada por poetas tan heterogéneos como García Lorca, Octavio Paz o Juan Ramón Jiménez.
La otra es un website exclusivamente dedicado a explicar el soneto. En ella pueden entender mejor cómo se cuentan las sílabas, cómo funciona la rima, en qué se diferencia la métrica española de la del inglés o la del latín. En fin, muy útil si no tienen mucha formación previa sobre este tipo de poesía clásica.
¡Espero que les sean útiles!
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Poesía renacentista: primeras brisas...
Iniciamos este segundo parcial con dos exposiciones orales. Dayna nos explicó el locus amoenus como espacio utópico de felicidad, ajeno al "mundanal ruido" (Fray Luis) de la ciudad, y en medio de un bosque en sombra rodeado de la belleza armónica de la primavera (brisa fresca, sonido apacible del río, canto de los pájaros). En la tradición española las églogas de Garcilaso serían el mejor ejemplo (aunque con algún rasgo del paisaje castellano) y en la tradición anglosajona Dayna nos mencionó el bosque idealizado del teatro de Shakespeare (en su versión más misteriosa).
A su vez, Cecilia nos dibujó la descriptio puellae (retrato de la belleza femenina) típica del clasicismo y su canon físico para la mujer: cabello rubio liso, piel clara, labios de un vivo rojo, cuello largo y delicado. En contraste, la poesía popular (en romances o villancicos, por ejemplo) cantaba la belleza morena, en colisión frontal con la dama de palacio. Dos tipos de belleza vinculados a dos tipos de poesía (culta y popular) que convivieron en el siglo XVI.
En nuestra primera aproximación a la poesía de Garcilaso comentamos la importancia de la formas métricas: el soneto, como estrofa preferida, y el endecasílabo, como verso elegante. Garcilaso importa esa tradición de Italia (Dante, Petrarca) y la intenta "castellanizar", enfrentándose con ello a la poesía trovadoresca local y al verso octosilábico de la lírica popular, más enérgico y denso. A Garcilaso, por tanto, le debemos el éxito inicial de esa musicalidad más elegante y pausada de la poesía culta renacentista.
A su vez, Cecilia nos dibujó la descriptio puellae (retrato de la belleza femenina) típica del clasicismo y su canon físico para la mujer: cabello rubio liso, piel clara, labios de un vivo rojo, cuello largo y delicado. En contraste, la poesía popular (en romances o villancicos, por ejemplo) cantaba la belleza morena, en colisión frontal con la dama de palacio. Dos tipos de belleza vinculados a dos tipos de poesía (culta y popular) que convivieron en el siglo XVI.
En nuestra primera aproximación a la poesía de Garcilaso comentamos la importancia de la formas métricas: el soneto, como estrofa preferida, y el endecasílabo, como verso elegante. Garcilaso importa esa tradición de Italia (Dante, Petrarca) y la intenta "castellanizar", enfrentándose con ello a la poesía trovadoresca local y al verso octosilábico de la lírica popular, más enérgico y denso. A Garcilaso, por tanto, le debemos el éxito inicial de esa musicalidad más elegante y pausada de la poesía culta renacentista.
domingo, 19 de septiembre de 2010
Preparación. Poesía española de los Siglos de Oro
Según José Manuel Blecua (1980, p. 114) las cuatro corrientes poéticas nacionales que viniendo de la Edad Media continuaron su éxito en el siglo XVI son la lírica popular, el romancero, la poesía culta de palacio (Mena, Santillana, March) y la poesía del Cancionero General.
Por eso, antes de valorar el mérito de la poesía de Garcilaso es importante tener en cuenta estos “mercados poéticos tradicionales” que convivían con las modas poéticas renacentistas importadas de Italia (de Petrarca, Sannazzaro) y las fuentes de inspiración clásicas (Horacio, Virgilio, Catulo). Lo tradicional y nacional versus los nuevos modelos artísticos de la “globalización” del momento (donde Italia era el epicentro artístico del mundo, como en el XIX lo sería París y en la segunda mitad del XX, New York).
Aquí les paso unos ejemplos de cada una de esas corrientes:a) Poesía tradicional española; b) Poesía italianista;c) Poesía clásica
A) Poesía tradicional española
• Lírica popular
Canciones de amigo, alboradas, villancicos, etc: http://www.lenguayliteratura.net/index.php?option=com_content&task=view&id=46&Itemid=60
• Poesía de herencia trovadoresca (palacio)
Ausias March: http://amediavoz.com/marchausias.htm
• Romancero : http://amediavoz.com/romancero.htm
• Poesía de Cancionero General ( Recopilado por Hernando del Castillo, 1511)
http://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%ADrica_cancioneril
B) Poesía italianista
• Petrarca: Il Canzoniere (sonetos amorosos clasicistas)
http://maritim23.wordpress.com/2008/01/20/soneto-a-laura-francesco-petrarca/
• Sannazaro: La Arcadia (literatura pastoril)
http://es.wikipedia.org/wiki/Arcadia_(Sannazaro)
C) Poesía clásica (Horacio, Virgilio, Ovidio)
http://www.auladeletras.net/material_nuevo/literatura_clasica.html
Más allá de esas influencias, los poetas del siglo XVI y XVII encontraron en la mitología clásica su repertorio favorito de imágenes y temas poéticos. Aquí pueden consultar un diccionario estupendo, interactivo (con imágenes, información de cada Dios, comentarios) sobre mitología:
http://www.elolimpo.com/
Referencias:
Blecua, J.M. (1980). Corrientes poéticas en el siglo XVI. Ínsula (80). En Francisco Rico. Historia crítica de la literatura española. Tomo 2. Siglos de Oro: Renacimiento. Madrid: Editorial Crítica, pp. 114-117
Por eso, antes de valorar el mérito de la poesía de Garcilaso es importante tener en cuenta estos “mercados poéticos tradicionales” que convivían con las modas poéticas renacentistas importadas de Italia (de Petrarca, Sannazzaro) y las fuentes de inspiración clásicas (Horacio, Virgilio, Catulo). Lo tradicional y nacional versus los nuevos modelos artísticos de la “globalización” del momento (donde Italia era el epicentro artístico del mundo, como en el XIX lo sería París y en la segunda mitad del XX, New York).
Aquí les paso unos ejemplos de cada una de esas corrientes:a) Poesía tradicional española; b) Poesía italianista;c) Poesía clásica
A) Poesía tradicional española
• Lírica popular
Canciones de amigo, alboradas, villancicos, etc: http://www.lenguayliteratura.net/index.php?option=com_content&task=view&id=46&Itemid=60
• Poesía de herencia trovadoresca (palacio)
Ausias March: http://amediavoz.com/marchausias.htm
• Romancero : http://amediavoz.com/romancero.htm
• Poesía de Cancionero General ( Recopilado por Hernando del Castillo, 1511)
http://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%ADrica_cancioneril
B) Poesía italianista
• Petrarca: Il Canzoniere (sonetos amorosos clasicistas)
http://maritim23.wordpress.com/2008/01/20/soneto-a-laura-francesco-petrarca/
• Sannazaro: La Arcadia (literatura pastoril)
http://es.wikipedia.org/wiki/Arcadia_(Sannazaro)
C) Poesía clásica (Horacio, Virgilio, Ovidio)
http://www.auladeletras.net/material_nuevo/literatura_clasica.html
Más allá de esas influencias, los poetas del siglo XVI y XVII encontraron en la mitología clásica su repertorio favorito de imágenes y temas poéticos. Aquí pueden consultar un diccionario estupendo, interactivo (con imágenes, información de cada Dios, comentarios) sobre mitología:
http://www.elolimpo.com/
Referencias:
Blecua, J.M. (1980). Corrientes poéticas en el siglo XVI. Ínsula (80). En Francisco Rico. Historia crítica de la literatura española. Tomo 2. Siglos de Oro: Renacimiento. Madrid: Editorial Crítica, pp. 114-117
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Popurrí de prosa del siglo XVI
Hoy logramos un repaso bastante eficaz a los diferentes caminos de la prosa del s. XVI.
Empezamos con Brevísima relación de la destrucción de Las Indias, de Fray Bartolomé de Las Casas, donde nuestros compañeros extranjeros (a este paso van a terminar más mexicanos que el nopal) señalaron el juego simbólico inverso de Las Casas para criticar la conquista y expolio de América: los indígenas, ahora, son los corderos (interesante resonancia religiosa) y los españoles, los lobos feroces. ¿Literatura o historia? La vocación de Las Casas, aparentemente, es documentar como testigo una violencia cultural, pero su búsqueda de recursos expresivos que impacten en la emocionalidad de los peninsulares acerca su prosa al terreno literario (hipérboles, metáforas, enumeraciones).
El caso de otro fraile, Antonio de Guevara es bien distinto. Su Menosprecio de Corte y alabanza de aldea toma un tópico de la época (la nostalgia de los ciudadanos por la autenticidad de la vida en el campo, osea, el beatus ille) para mezclar reflexiones morales con el placer de decir las cosas, de hilvanar enumeraciones de sensaciones, de metaforizaciones, de estilo florido. Lo interesante es que fray Antonio de Guevara es el best seller por excelencia de los siglos de Oro (¡quién lo diría!). ¿Por qué tuvo tanto éxito? Su estilo, ameno, claro, pero al mismo tiempo elocuente, y su capacidad para insertar anécdotas, costumbres cotidianas, algo de cultura y erudición, en fin, de hacer de la literatura un entretenimiento conecta con un público cada vez más amplio de lectores no especialmente instruidos.
Pero para sorpresas la de Amadís de Gaula (Garci Rodríguez de Montalvo, en 1508), un libro de caballerías canónico, heredero de leyendas medievales, y que será uno de los más leídos y traducidos de nuestro siglo XVI. Entre sus méritos está la claridad de su estilo (que a algunos estudiantes, con excelente tino, les recordaba a los cuentos populares), y también la libertad de su fantasía (gigantes, brujas, hechizos, campean a sus anchas). Su visión idealizadora, donde los héroes son valientes y sus damas hermosas y recatadas, fascinaba en una época, el Renacimiento, llena de cambios y crisis.
Cerramos la clase en el extremo contrario, el realismo crudo de La lozana andaluza (1528), una obra que lleva el realismo linguístico y el materialismo ideológico de La Celestina a su máxima plenitud. Su protagonista, la lozana andaluza, es una prostituta famosa en Roma y exhibe su mentalidad de pícara y su orgullo (¿prefeminista?) desde el principio al final de la obra (no hay evolución del personaje). Llama la atención, sin duda, que no hay filtro moral ni para el uso del lenguaje (lleno de groserías, coloquialismos, extranjerismos) ni para la narración de la vida disoluta de los personajes (¡más de 120!). Eso sí, cabe sospechar de su intención política pues fue publicada justo un año después del Saqueo de Roma y su retrato de una ciudad "santa" cercana a Sodoma justifica implícitamente la intervención militar de Carlos V.
Empezamos con Brevísima relación de la destrucción de Las Indias, de Fray Bartolomé de Las Casas, donde nuestros compañeros extranjeros (a este paso van a terminar más mexicanos que el nopal) señalaron el juego simbólico inverso de Las Casas para criticar la conquista y expolio de América: los indígenas, ahora, son los corderos (interesante resonancia religiosa) y los españoles, los lobos feroces. ¿Literatura o historia? La vocación de Las Casas, aparentemente, es documentar como testigo una violencia cultural, pero su búsqueda de recursos expresivos que impacten en la emocionalidad de los peninsulares acerca su prosa al terreno literario (hipérboles, metáforas, enumeraciones).
El caso de otro fraile, Antonio de Guevara es bien distinto. Su Menosprecio de Corte y alabanza de aldea toma un tópico de la época (la nostalgia de los ciudadanos por la autenticidad de la vida en el campo, osea, el beatus ille) para mezclar reflexiones morales con el placer de decir las cosas, de hilvanar enumeraciones de sensaciones, de metaforizaciones, de estilo florido. Lo interesante es que fray Antonio de Guevara es el best seller por excelencia de los siglos de Oro (¡quién lo diría!). ¿Por qué tuvo tanto éxito? Su estilo, ameno, claro, pero al mismo tiempo elocuente, y su capacidad para insertar anécdotas, costumbres cotidianas, algo de cultura y erudición, en fin, de hacer de la literatura un entretenimiento conecta con un público cada vez más amplio de lectores no especialmente instruidos.
Pero para sorpresas la de Amadís de Gaula (Garci Rodríguez de Montalvo, en 1508), un libro de caballerías canónico, heredero de leyendas medievales, y que será uno de los más leídos y traducidos de nuestro siglo XVI. Entre sus méritos está la claridad de su estilo (que a algunos estudiantes, con excelente tino, les recordaba a los cuentos populares), y también la libertad de su fantasía (gigantes, brujas, hechizos, campean a sus anchas). Su visión idealizadora, donde los héroes son valientes y sus damas hermosas y recatadas, fascinaba en una época, el Renacimiento, llena de cambios y crisis.
Cerramos la clase en el extremo contrario, el realismo crudo de La lozana andaluza (1528), una obra que lleva el realismo linguístico y el materialismo ideológico de La Celestina a su máxima plenitud. Su protagonista, la lozana andaluza, es una prostituta famosa en Roma y exhibe su mentalidad de pícara y su orgullo (¿prefeminista?) desde el principio al final de la obra (no hay evolución del personaje). Llama la atención, sin duda, que no hay filtro moral ni para el uso del lenguaje (lleno de groserías, coloquialismos, extranjerismos) ni para la narración de la vida disoluta de los personajes (¡más de 120!). Eso sí, cabe sospechar de su intención política pues fue publicada justo un año después del Saqueo de Roma y su retrato de una ciudad "santa" cercana a Sodoma justifica implícitamente la intervención militar de Carlos V.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Soneto picaresco a Don Quevedo
Inspirado en la dinámica del blog de Adriana, dejo aquí mi soneto picaresco a Don Quevedo:
Érase un caballero de Santiago
que le escupía albures a un Buscón,
sin saber que al hacerlo, de un jalón,
llamaba al mal destino, siempre aciago.
Y es que, mi Don Francisco, no te hagas,
que bien que te gustaban las tabernas
y mirar a las damas entre piernas
y apostar a los naipes honra y pagas.
¿Por qué si deseabas en secreto
ser uno de esos pícaros repillos
no les diste siquiera un buen soneto?
Pues aunque tú te mofes, compañeros
eran los solitarios lazarillos
de tus hondos penares caballeros.
Sergio Reyes
Érase un caballero de Santiago
que le escupía albures a un Buscón,
sin saber que al hacerlo, de un jalón,
llamaba al mal destino, siempre aciago.
Y es que, mi Don Francisco, no te hagas,
que bien que te gustaban las tabernas
y mirar a las damas entre piernas
y apostar a los naipes honra y pagas.
¿Por qué si deseabas en secreto
ser uno de esos pícaros repillos
no les diste siquiera un buen soneto?
Pues aunque tú te mofes, compañeros
eran los solitarios lazarillos
de tus hondos penares caballeros.
Sergio Reyes
El Buscón: el ingenio genial de un aristócrata
Hoy tuvimos que despachar el Buscón en una sola clase. Ni modo.
Hubo dos grandes reflexiones. Una, respecto a su significado político, pues la obra se burla de las aspiraciones de un plebeyo convencido que, con sus artes picarescas, puede escapar de la marginalidad y alcanzar el estatus aristocrático. Pero la ambición de "Don" Pablos se estrella sistemáticamente contra el inmovilismo social. El mejor símbolo de ello es el contraste con don Diego Coronel, él sí nacido en cuna noble y que, al descubrir que su antiguo criado intentaba hacerse pasar por caballero para arreglar un casamiento oportunista, decide castigarlo marcándole la cara a espadazos. Toda una lección de lo que les espera a los advenedizos, nada extraña en un aristócrata como Quevedo, caballero de la Cruz de Santiago.
La otra es el estilo, el principal protagonista de la obra. De hecho, da la impresión de que Quevedo toma los ingredientes compositivos de la picaresca (su enunciación autobiográfica, su construcción episódica, su formulación epistolar, etc) como cuenco vacío donde verter las excelencias de su ingenio verbal. Cada frase condensa un juego de ingenio, donde la hipérbole (caricaturesca) y el doble sentido (calambures, paranomasias, figuras etimológicas) juegan un papel fundamental. Bienvenidos al "mole" artístico, a la condensación de la expresividad verbal.
Qué mejor lección para entender la diferencias entre el canon literario del renacimiento y el del barroco que la comparación del estilo del Lazarillo (1554) y el Buscón (1626).
Y ustedes, ¿qué más recuerdan de la clase? ¿cuál de las dos obras prefieren y por qué?
Hubo dos grandes reflexiones. Una, respecto a su significado político, pues la obra se burla de las aspiraciones de un plebeyo convencido que, con sus artes picarescas, puede escapar de la marginalidad y alcanzar el estatus aristocrático. Pero la ambición de "Don" Pablos se estrella sistemáticamente contra el inmovilismo social. El mejor símbolo de ello es el contraste con don Diego Coronel, él sí nacido en cuna noble y que, al descubrir que su antiguo criado intentaba hacerse pasar por caballero para arreglar un casamiento oportunista, decide castigarlo marcándole la cara a espadazos. Toda una lección de lo que les espera a los advenedizos, nada extraña en un aristócrata como Quevedo, caballero de la Cruz de Santiago.
La otra es el estilo, el principal protagonista de la obra. De hecho, da la impresión de que Quevedo toma los ingredientes compositivos de la picaresca (su enunciación autobiográfica, su construcción episódica, su formulación epistolar, etc) como cuenco vacío donde verter las excelencias de su ingenio verbal. Cada frase condensa un juego de ingenio, donde la hipérbole (caricaturesca) y el doble sentido (calambures, paranomasias, figuras etimológicas) juegan un papel fundamental. Bienvenidos al "mole" artístico, a la condensación de la expresividad verbal.
Qué mejor lección para entender la diferencias entre el canon literario del renacimiento y el del barroco que la comparación del estilo del Lazarillo (1554) y el Buscón (1626).
Y ustedes, ¿qué más recuerdan de la clase? ¿cuál de las dos obras prefieren y por qué?
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Lazarillo de Tormes: punto y seguido.
En esta segunda clase del Lazarillo hicimos una "mesa redonda" donde, como en el banquete de Platón, nos íbamos pasando el turno de nuestra visión del libro. Lo hicimos sin vino, aclaro.
Empezamos con el contraste entre el Lazarillo y los héroes de caballerías (como el Amadís de Gaula). Es curioso, en este sentido, el cambio de gustos del público, pues en aquellos siglos una obra como el Lazarillo difícilmente podía gozar del prestigio que sí tenía la literatura idealista, cuando hoy nos sucede todo lo contrario.
Olivia puso en la mesa el contenido religioso de la obra. Está claro que el texto apunta sus cuchillos contra una catolicismo formal e hipócrita, dirigido por un clero corrupto. Pero a partir de esa certeza surgen las dudas: ¿es el Lazarillo una obra existencialista o atea avant la lettre? ¿es, por el contrario, un testimonio de honda espiritualidad, un ejemplo más de los movimientos religiosos reformistas de la época (como el erasmismo, dentro de la iglesia, y el luteranismo o el calvinismo ya fuera de ella?).
En otra de las conversaciones ahondamos en la complejidad moral y psicológica de Lázaro, que puede ser un signo, dentro de la historia de la literatura, de la evolución de los personajes-arquetipo literarios (como los héroes caballerescos o los pastores neoplatónicos) a las personas (Celestina, Lazarillo, Quijote). Estamos en el umbral de la novela moderna y su reflejo de la complejidad psicológica del yo.
Por último, aludimos a los niveles simbólicos de la obra. El pan y el vino, que en el cristianismo simboliza el cuerpo y sangre de Cristo, son el karma de la vida de Lázaro, signos de su existencia materialista.
Pero lo que más me gustó de la clase es que el trabajo de los blogs ya empieza a rendir frutos. Entre ustedes ya hacen alusión a los puntos de vista de los compañeros, y lo que discutimos en clase tiene su continuación en sus blogs personales. Estamos acercándonos, poco a poco, a una educación del siglo XXI. Falta que, como el Lazarillo, sigamos de post en post, de amo en amo, buscando alzanzar la "cima [bloguera] de toda fortuna"
¿Qué más me faltó por reseñar? ¿nos hemos dejado algún tema o perspectiva del Lazarillo sin comentar? ¿desean saber más información sobre la obra?¿se les ocurre comparar esta obra con alguna de otras literaturas o de otras épocas? ¿y con el cine o la música?
Empezamos con el contraste entre el Lazarillo y los héroes de caballerías (como el Amadís de Gaula). Es curioso, en este sentido, el cambio de gustos del público, pues en aquellos siglos una obra como el Lazarillo difícilmente podía gozar del prestigio que sí tenía la literatura idealista, cuando hoy nos sucede todo lo contrario.
Olivia puso en la mesa el contenido religioso de la obra. Está claro que el texto apunta sus cuchillos contra una catolicismo formal e hipócrita, dirigido por un clero corrupto. Pero a partir de esa certeza surgen las dudas: ¿es el Lazarillo una obra existencialista o atea avant la lettre? ¿es, por el contrario, un testimonio de honda espiritualidad, un ejemplo más de los movimientos religiosos reformistas de la época (como el erasmismo, dentro de la iglesia, y el luteranismo o el calvinismo ya fuera de ella?).
En otra de las conversaciones ahondamos en la complejidad moral y psicológica de Lázaro, que puede ser un signo, dentro de la historia de la literatura, de la evolución de los personajes-arquetipo literarios (como los héroes caballerescos o los pastores neoplatónicos) a las personas (Celestina, Lazarillo, Quijote). Estamos en el umbral de la novela moderna y su reflejo de la complejidad psicológica del yo.
Por último, aludimos a los niveles simbólicos de la obra. El pan y el vino, que en el cristianismo simboliza el cuerpo y sangre de Cristo, son el karma de la vida de Lázaro, signos de su existencia materialista.
Pero lo que más me gustó de la clase es que el trabajo de los blogs ya empieza a rendir frutos. Entre ustedes ya hacen alusión a los puntos de vista de los compañeros, y lo que discutimos en clase tiene su continuación en sus blogs personales. Estamos acercándonos, poco a poco, a una educación del siglo XXI. Falta que, como el Lazarillo, sigamos de post en post, de amo en amo, buscando alzanzar la "cima [bloguera] de toda fortuna"
¿Qué más me faltó por reseñar? ¿nos hemos dejado algún tema o perspectiva del Lazarillo sin comentar? ¿desean saber más información sobre la obra?¿se les ocurre comparar esta obra con alguna de otras literaturas o de otras épocas? ¿y con el cine o la música?
viernes, 27 de agosto de 2010
El Lazarillo de Tormes: el antihéroe de la España Imperial
Hoy abordamos la primera de las dos sesiones que dedicaremos al Lazarillo de Tormes, impresa a mediados del s. XVI y obra fundacional del género picaresco, caracterizado por el realismo, la autobiografía, la perspectiva marginal (el pícaro) y la tensión entre el deseo de subir de condición social y la inmovilidad de una sociedad jerárquica y estamental. Algunos autores, de hecho, consideran la picaresca como una escritura subversiva, trasgresora con el poder, mientras que otros ven en ella la mejor propaganda de esa sociedad aristocrática.
En clase hablamos de muchas cosas: el lenguaje popular de la obra, el sentido novelesco de su trama (donde se crea una red de eventos que se condicionan mutuamente y marcan la evolución del personaje), la dialéctica narrativa entre el adulto cínico de Lázaro y el inocente niño Lazarillo, los personajes más impactantes de la obra (el ciego, el escudero), la importancia del "caso" (cuernos) como eje estructurador de toda la novela, las fuentes genéricas (la epístola, el teatro y cuentos populares) y su evolución (hacia la novela moderna), la relación de la picaresca con la novela de caballerías, etc.
¿Qué más comentamos? ¿qué más se puede apuntar?
En clase hablamos de muchas cosas: el lenguaje popular de la obra, el sentido novelesco de su trama (donde se crea una red de eventos que se condicionan mutuamente y marcan la evolución del personaje), la dialéctica narrativa entre el adulto cínico de Lázaro y el inocente niño Lazarillo, los personajes más impactantes de la obra (el ciego, el escudero), la importancia del "caso" (cuernos) como eje estructurador de toda la novela, las fuentes genéricas (la epístola, el teatro y cuentos populares) y su evolución (hacia la novela moderna), la relación de la picaresca con la novela de caballerías, etc.
¿Qué más comentamos? ¿qué más se puede apuntar?
miércoles, 25 de agosto de 2010
Celestina: umbral Edad Media-Renacimiento (Miércoles 25 de agosto)
Hoy hicimos una mesa redonda de análisis de diferentes fragmentos de La Celestina. Nos interesó, en concreto, valorar en qué sentido la obra aún hereda códigos y tópicos literarios de tradición medieval (como el amor cortés, o la intención moralizadora) pero al mismo tiempo abre posibilidades "modernas" (la riqueza psicológica de personajes marginales, la mezcla carnavalesca de géneros, el realismo linguístico, la afirmación poderosa de la sexualidad y del feminismo) que en los siglos XVI y XVII se irán consagrando en otros textos.
¿Qué fue lo que ustedes recuerdan o pueden aportar a ese análisis?
Recuerden incorporar sus comentarios y, al final de ellos, la dirección del blog personal que deben crear, con su primer análisis personal de El Lazarillo.
Hasta el día de hoy, de hecho, las sesiones de clases fueron nua especie de introducción, un prólogo, a lo que viene a continuación. ¡Más madera!!!
¿Qué fue lo que ustedes recuerdan o pueden aportar a ese análisis?
Recuerden incorporar sus comentarios y, al final de ellos, la dirección del blog personal que deben crear, con su primer análisis personal de El Lazarillo.
Hasta el día de hoy, de hecho, las sesiones de clases fueron nua especie de introducción, un prólogo, a lo que viene a continuación. ¡Más madera!!!
domingo, 22 de agosto de 2010
Herramientas retóricas
Si uno de los fenómenos culturales del Renacimiento es el humanismo la clase del viernes pasado puede considerarse un humilde homenaje a aquellos universitarios. Pues la retórica era una de las cinco materias obligatorias de su carrera y consistía en la lectura y la redacción de textos latinos a la usanza compositiva de Cicerón u Horacio.
Ricardo tuvo la cortesía de empezar el repaso con el epíteto (adjetivo que incide en la cualidad innata del sustantivo), que en Garcilaso (uno de sus mejores especialistas) como en tantos otros poetas de la época contribuía a potenciar ese mundo idealizado (neoplatonismo) de la naturaleza, con sus “altas hayas”, “verdes prados” y “blancas nieves”.
Carmen, a continuación, desarrolló el oxímoron (o paradoja, es decir, la afirmación de algo contradictorio, ilógico) y que muy bien conectó con el gusto barroco por el drama de la tensión (entre ideas, luces, palabras). Nos regaló el endecasílabo de Quevedo “esa herida que duele y no se siente”, donde una manera de resolver la paradoja es entender que ese mal de amor puede doler en un sentido (físico-emocional) pero elevar al enamorado también a otro nivel del ser (psicológico-espiritual) donde se siente libre de cualquier padecimiento. El oxímoron, también, les comenté es una figura retórica muy apreciada por los místicos del s- XVI (San Juan, Santa Teresa, Fray Luis de León) como uno de los pocos caminos verbales que permitían comunicar la experiencia extralingüística de la fusión con Dios.
Con Andrea Mateos llegamos al calambur (juego de palabras donde la diferente separación silábica conduce a dos posibles significados, uno inocente y otro malicioso) y a la poesía satírica, tan del gusto barroco. Y nos regaló la estrofa del poema con el que Góngora se burlaba del gran Lope de Vega: “A ese lopico, lo/pico”. O como cuando Quevedo se burló de la cojera de la Reina Mariana de Austria (esposa de Felipe IV) con su gentil ofrecimiento cortesano: “entre los claveles rojos y las rosas blancas, Su Majestad es/coja”.
La Hipérbole (exageración), si no recuerdo mal (confirmen en comentarios) la trabajó Andrea Ruch, quien vio en la poesía de Góngora (en el Polifemo), una de sus cumbres estéticas. Además de ese efecto dramático la hipérbole puede ser un dardo excelente para la sátira y el humor, como en el famoso: “érase un hombre a una nariz pegado” quevedesco. Incluso en el Quijote se pueden ver encarnados ambos sentidos hiperbólicos, su exagerado idealismo caballeresco y su locura digna de burla.
A Cecilia le tocó la antítesis (contraste entre dos palabras de significado opuesto) y su exposición nos ayudó a delimitar la frontera con el oxímoron, pues en la antítesis los dos opuestos aparecen en la frase sin plantear contradicción ninguna. Así en el verso del soneto de Góngora “Ayer naciste y morirás mañana”, el hecho de nacer en el pasado y morir en el futuro es perfectamente lógico y al poeta le sirve para acentuar al máximo la tensión entre el carpe diem y el memento mori.
Dyane, a su vez, debutó como expositora en la clase con una de mis figuras favorita, la aliteración (repetición fonética de un sonido para dar efectos musicales o de significación). Así en “la ronca tormenta” la “r” parece encarnar el sonido aterrador de los truenos. O en el verso de Garcilaso “Hallo según por do anduve perdido” (soneto I) puede simplemente enfatizar los sonidos suaves de la dicción en su recitación. En otros casos, como en célebre verso de San Juan (“un no se qué que quedan balbuciendo”) puede rozar la onomatopeya al entender que esa repetición de la consonante gutural (la /k/) parece imitar el balbuceo, la imposibilidad misma de expresar lo místico.
Olivia nos habló de la sinestesia (cruce de las propiedades de los diferentes sentidos) y cómo cuando Lope de Vega, en un soneto elogioso dice de Rubens que es “gran poeta de los ojos” mezcla el arte verbal (la poesía) y el visual (la pintura). O cuando Quevedo encuentra en la lectura una posibilidad de dialogar con los sabios antiguos y afirma: “escucho con mis ojos a los muertos”. (Si entendí bien la explicación de Olivia estos ejemplo sería n sinestesia s de primer grado. Olivia, por favor, corrígeme si me equivoco).
Andrew abordó el problemático concepto de paralelismo, que se puede entender en un sentido más amplio pero que prefiero que usemos en la clase como sinónimo de “repetición sintáctica”. Así cuando el Cid responde al Rey “tú me destierras por uno/ yo me destierro por cuatro” tenemos dos frases con idéntica estructura sintáctica. El paralelismo ha contribuido, entre otros, a la prosa poética de Octavio Paz o Pablo Neruda, además de a la mayoría de refranes de habla hispana. De hecho, como bien puntualizó Alejandra, el paralelismo no ofrece la simetría inversa de los espejos (sí el quiasmo) sino la repetición exacta del “copy-paste” sintáctico.
El miércoles nos espera una de las obras más fascinantes de la literatura clásica, "La Celestina". ¡Que aproveche!
Ricardo tuvo la cortesía de empezar el repaso con el epíteto (adjetivo que incide en la cualidad innata del sustantivo), que en Garcilaso (uno de sus mejores especialistas) como en tantos otros poetas de la época contribuía a potenciar ese mundo idealizado (neoplatonismo) de la naturaleza, con sus “altas hayas”, “verdes prados” y “blancas nieves”.
Carmen, a continuación, desarrolló el oxímoron (o paradoja, es decir, la afirmación de algo contradictorio, ilógico) y que muy bien conectó con el gusto barroco por el drama de la tensión (entre ideas, luces, palabras). Nos regaló el endecasílabo de Quevedo “esa herida que duele y no se siente”, donde una manera de resolver la paradoja es entender que ese mal de amor puede doler en un sentido (físico-emocional) pero elevar al enamorado también a otro nivel del ser (psicológico-espiritual) donde se siente libre de cualquier padecimiento. El oxímoron, también, les comenté es una figura retórica muy apreciada por los místicos del s- XVI (San Juan, Santa Teresa, Fray Luis de León) como uno de los pocos caminos verbales que permitían comunicar la experiencia extralingüística de la fusión con Dios.
Con Andrea Mateos llegamos al calambur (juego de palabras donde la diferente separación silábica conduce a dos posibles significados, uno inocente y otro malicioso) y a la poesía satírica, tan del gusto barroco. Y nos regaló la estrofa del poema con el que Góngora se burlaba del gran Lope de Vega: “A ese lopico, lo/pico”. O como cuando Quevedo se burló de la cojera de la Reina Mariana de Austria (esposa de Felipe IV) con su gentil ofrecimiento cortesano: “entre los claveles rojos y las rosas blancas, Su Majestad es/coja”.
La Hipérbole (exageración), si no recuerdo mal (confirmen en comentarios) la trabajó Andrea Ruch, quien vio en la poesía de Góngora (en el Polifemo), una de sus cumbres estéticas. Además de ese efecto dramático la hipérbole puede ser un dardo excelente para la sátira y el humor, como en el famoso: “érase un hombre a una nariz pegado” quevedesco. Incluso en el Quijote se pueden ver encarnados ambos sentidos hiperbólicos, su exagerado idealismo caballeresco y su locura digna de burla.
A Cecilia le tocó la antítesis (contraste entre dos palabras de significado opuesto) y su exposición nos ayudó a delimitar la frontera con el oxímoron, pues en la antítesis los dos opuestos aparecen en la frase sin plantear contradicción ninguna. Así en el verso del soneto de Góngora “Ayer naciste y morirás mañana”, el hecho de nacer en el pasado y morir en el futuro es perfectamente lógico y al poeta le sirve para acentuar al máximo la tensión entre el carpe diem y el memento mori.
Dyane, a su vez, debutó como expositora en la clase con una de mis figuras favorita, la aliteración (repetición fonética de un sonido para dar efectos musicales o de significación). Así en “la ronca tormenta” la “r” parece encarnar el sonido aterrador de los truenos. O en el verso de Garcilaso “Hallo según por do anduve perdido” (soneto I) puede simplemente enfatizar los sonidos suaves de la dicción en su recitación. En otros casos, como en célebre verso de San Juan (“un no se qué que quedan balbuciendo”) puede rozar la onomatopeya al entender que esa repetición de la consonante gutural (la /k/) parece imitar el balbuceo, la imposibilidad misma de expresar lo místico.
Olivia nos habló de la sinestesia (cruce de las propiedades de los diferentes sentidos) y cómo cuando Lope de Vega, en un soneto elogioso dice de Rubens que es “gran poeta de los ojos” mezcla el arte verbal (la poesía) y el visual (la pintura). O cuando Quevedo encuentra en la lectura una posibilidad de dialogar con los sabios antiguos y afirma: “escucho con mis ojos a los muertos”. (Si entendí bien la explicación de Olivia estos ejemplo sería n sinestesia s de primer grado. Olivia, por favor, corrígeme si me equivoco).
Andrew abordó el problemático concepto de paralelismo, que se puede entender en un sentido más amplio pero que prefiero que usemos en la clase como sinónimo de “repetición sintáctica”. Así cuando el Cid responde al Rey “tú me destierras por uno/ yo me destierro por cuatro” tenemos dos frases con idéntica estructura sintáctica. El paralelismo ha contribuido, entre otros, a la prosa poética de Octavio Paz o Pablo Neruda, además de a la mayoría de refranes de habla hispana. De hecho, como bien puntualizó Alejandra, el paralelismo no ofrece la simetría inversa de los espejos (sí el quiasmo) sino la repetición exacta del “copy-paste” sintáctico.
El miércoles nos espera una de las obras más fascinantes de la literatura clásica, "La Celestina". ¡Que aproveche!
jueves, 19 de agosto de 2010
Contradicciones del siglo de oro (miércoles 18)
En la clase del miércoles profundizamos en el contexto histórico y cultural de los siglos de oro.
Cecilia nos recordó la vida íntima de aquella sociedad, donde las relaciones familiares estaban marcadas por el concepto de honra y la jerarquía patriarcal. Pero, ojo, el Renacimiento también impulsa el naciente individualismo y la búsqueda de la fama por los propios méritos (tal vez Maquiavelo sea el más crudo expositor de esta mentalidad).
En lo económico Ricardo nos trajo a clase el ocurrente eslógan de Eduardo Galeano: "España tenía la vaca pero otros tomaban la leche". Y es que aquella España, dominada por La Mesta (asociación de ganaderos), por la aspiración aristocrática, por la búsqueda de títulos y tierras, fue un Imperio en lo militar y político pero un desastre en las condiciones de vida a su interior. Una España quijotesca, como bien vio Cervantes. Ésa fue una de las grandes sorpresas de la clase para Andrew, que no imaginaba al Imperio como nación subdesarrollada y deficitaria.
Andrea apuntó el auge del racionalismo (Da Vinci) y de la importancia del dinero. Asistimos a la formación de las grandes ciudades europeas y de la consolidación del capitalismo. Pero recordemos que también es la época de Nostradamus, la Inquisición y de la mística.
En cuanto a la lengua, Adriana refirió la expansión internacional y unificación de la lengua castellana, y cómo desde Nebrija (su Gramática fue publicada justo unos meses antes del descubrimiento de América) crece en los humanistas españoles la conciencia y el deber de llevar la cultura a la altura de la grandeza del país. Sin embargo, como bien comentamos, el modelo para ello es el trabajo de imitación de la cultura grecolatina (Platón, Cicerón y Horacio se ponen especialmente de moda), donde la originalidad y el mérito artístico radicaban en la actualización y castellanización de los ingredientes culturales heredados.
Cecilia nos recordó la vida íntima de aquella sociedad, donde las relaciones familiares estaban marcadas por el concepto de honra y la jerarquía patriarcal. Pero, ojo, el Renacimiento también impulsa el naciente individualismo y la búsqueda de la fama por los propios méritos (tal vez Maquiavelo sea el más crudo expositor de esta mentalidad).
En lo económico Ricardo nos trajo a clase el ocurrente eslógan de Eduardo Galeano: "España tenía la vaca pero otros tomaban la leche". Y es que aquella España, dominada por La Mesta (asociación de ganaderos), por la aspiración aristocrática, por la búsqueda de títulos y tierras, fue un Imperio en lo militar y político pero un desastre en las condiciones de vida a su interior. Una España quijotesca, como bien vio Cervantes. Ésa fue una de las grandes sorpresas de la clase para Andrew, que no imaginaba al Imperio como nación subdesarrollada y deficitaria.
Andrea apuntó el auge del racionalismo (Da Vinci) y de la importancia del dinero. Asistimos a la formación de las grandes ciudades europeas y de la consolidación del capitalismo. Pero recordemos que también es la época de Nostradamus, la Inquisición y de la mística.
En cuanto a la lengua, Adriana refirió la expansión internacional y unificación de la lengua castellana, y cómo desde Nebrija (su Gramática fue publicada justo unos meses antes del descubrimiento de América) crece en los humanistas españoles la conciencia y el deber de llevar la cultura a la altura de la grandeza del país. Sin embargo, como bien comentamos, el modelo para ello es el trabajo de imitación de la cultura grecolatina (Platón, Cicerón y Horacio se ponen especialmente de moda), donde la originalidad y el mérito artístico radicaban en la actualización y castellanización de los ingredientes culturales heredados.
domingo, 15 de agosto de 2010
Ojo de pájaro: tópicos del Renacimiento (viernes 13)
Fue una estupenda clase, dinámica y con un ritmo alto de información (los Ricardos, ¡pobres!, se miraban atónitos). Le dimos un repaso de volada al contexto histórico y cultural de los Siglos de Oro (sobre todo al s XVI). Y lo hicimos de la mano de una lista de "pistas" clave de la época.
La imprenta, inventada por Gutenberg en el 1440 (y que llegó a España en 1472) es uno de los pistoletazos de salida del Renacimiento, cuyos studia humanitatis, pasión filológica y difusión de la cultura (como bien apuntó Alejandra), nunca hubieran podido suceder a ese ritmo. La imprenta también explica la rápida expansión de las nuevas iglesias antivaticanas, como el Luteranismo o el Calvinismo, y el miedo de la Iglesia Católica a que las herejías se volvieran pandemia en su propio seno.
Explica también, por tanto, el nuevo control que se ejercerá en el campo intelectual. Osea, el Santo Oficio de la Inquisición, que en España fue fundada en 1476 por los Reyes Católicos. ¡4 años después de la llegada de la imprenta! ¿Casualidad? Al hablar de la Inquisición insistí en la peculiaridad del caso de España. Ya otros países, incluso varios siglos atrás, habían aplicado y aplicaban tribunales inquisitoriales contra la heregía cátara en el Languedoc francés o la caza de brujas en Flandes. Pero en España los "terroristas" espirituales con los que estaba obsesionada la Iglesia y el Estado (que tanto monta) eran los cristianos nuevos, osea, los judíos (y en menor medida también los moros) que se habían bautizado en el cristianismo después del decreto de expulsión (1492). La Iglesia (y sus cristianos "viejos") sospechaban que su conversión era una farsa y que, en el secreto de la familia o la secta, seguían cultivando su fe extranjera. Como segundo "diablo" o terror de la época estaba la expansión del luteranismo. Y es que el s. XVI (Lutero colgó sus 95 tesis contra las bulas en 1517) es una de las épocas mundiales de una religiosidad más revolucionaria, un intenso "movimiento hippy" (ja, ja) del cristianismo.
Quién lo iba a decir, ¿verdad? El siglo conocido como la cuna de la ciencia (Copérnico, Galileo), el espíritu experimental (Da Vinci), el racionalismo (Montaigne) es también un siglo "obsesivo-compulsivo" de la religión. No olvidemos que es a mediados del XVI cuando las profecías de Nostradamus se vuelven un chisme clandestino internacional.
Pero la realidad es aún más compleja, pues el poder creciente de la iglesia sobre los destinos humanos también estaba acompañado del "empoderamiento" de la Monarquía. El Rey Carlos I fue, de hecho, el emblema de ese modelo político moderno, donde los antiguos reinos medievales ya no tenían ciertos derechos de autonomía y debían rendir tributos a la Corona central. Absorvió, de hecho, bajo su reinado a la anterior Corona de Castilla, la Corona de Aragón, El Reino de Nápoles, Granada, Navarra, el Ducado de Borgoña, la Austria y el Tirol de los Habsburgo y la Soberanía de los Países Bajos (Flandes y Amberes). ¡Guauuuuuu! Imagínense: todos esos "países" tenían antes del Emperador Carlos I fronteras y gobiernos distintos. Como diría un amigo mío (Juan Priante) junto con Orwell: Bienvenidos al proceso de la centralización mundial del poder. El colmo del descaro de este nuevo absolutismo (que culminaría, como ustedes apuntaron, en el "Rey Sol" Luis s. XVI) fue su respaldo al saqueo del Vaticano (el "Saco de Roma"), cuando las tropas imperiales entraron en la Ciudad Santa, arrasando con todo, en busca del Papa. Imagínense en nuestros días soldados de la OTAN entrando en la Basílica de San Pedro para capturar a Benedicto XVI. Bien, pues algo así sucedió entonces. Fue el gran escándalo ético de la época, junto con las denuncias de las masacres de la conquista de Las Indias (como las que San Bartolomé de Las Casas planteó en la famosa Junta de Valladolid, donde se decreta, en la práctica, el fin de las guerras de conquista y el inicio de la colonización de América).
Y es que en ocasiones la ética de cada época es diferente. Como bien ustedes apuntaron, en aquellos siglos un Papa podía ser papá, además de haber ascendido a ese honor por el simple hecho de ser el hijo de un Médici. Otra diferencia ética fue la resuelta por la burguesía creciente y la aristocracia de linaje medieval. En España la mentalidad aristocrática ganó el partido por goleada, y los nuevos comerciantes enriquecidos en la compra-venta de los tesoros y productos de América fueron cambiando su ímpetu capitalista por el prestigio, honor y poder local ("cacicazgo") que adquirían con la compra de títulos nobiliarios. Trabajar era considera cosa "naca" y como de campesinos. En cambio la Corte, alrededor del palacio del Rey, admiraba el linaje, la cortesía, el patrimonio de la tierra. Es decir, las actividades improductivas. Así nos fue como nos fue en la era capitalista.
Hablamos también del Descubrimiento de América, como una de las noticias más impactantes de la historia mundial y a la que se llegó en busca de especias (que en la época eran claves para la conservación de los alimentos a falta de "refris"). Por cierto, Andrew me confesó después de clase que estuvo a punto de llamarlos "preservativos". ¿Qué chistoso, no? El bueno de Andrew apenas llega a México...¡y a punto está de echarnos su primer albur! (ja, ja). América, un inmenso continente lleno de profundas y diversas culturas, fue arrasado con la ayuda de los arcabuces y su tesoro sirvió, como bien explica Eduardo Galeano (Las venas abiertas de Latinoamerica), para financiar el capitalismo europeo (la industria textil de Flandes, la banca de Génova y Venecia).
En fin, que fue una clase densa de información, una especie de "mole" intelectual... ummm, y como me entró hambre, les dejo. La próxima sesión del miércoles vamos a disfrutar de otra zambullida aún más profunda en el Renacimiento español. Una apasionante época llena, como veremos, de contradicciones.
La imprenta, inventada por Gutenberg en el 1440 (y que llegó a España en 1472) es uno de los pistoletazos de salida del Renacimiento, cuyos studia humanitatis, pasión filológica y difusión de la cultura (como bien apuntó Alejandra), nunca hubieran podido suceder a ese ritmo. La imprenta también explica la rápida expansión de las nuevas iglesias antivaticanas, como el Luteranismo o el Calvinismo, y el miedo de la Iglesia Católica a que las herejías se volvieran pandemia en su propio seno.
Explica también, por tanto, el nuevo control que se ejercerá en el campo intelectual. Osea, el Santo Oficio de la Inquisición, que en España fue fundada en 1476 por los Reyes Católicos. ¡4 años después de la llegada de la imprenta! ¿Casualidad? Al hablar de la Inquisición insistí en la peculiaridad del caso de España. Ya otros países, incluso varios siglos atrás, habían aplicado y aplicaban tribunales inquisitoriales contra la heregía cátara en el Languedoc francés o la caza de brujas en Flandes. Pero en España los "terroristas" espirituales con los que estaba obsesionada la Iglesia y el Estado (que tanto monta) eran los cristianos nuevos, osea, los judíos (y en menor medida también los moros) que se habían bautizado en el cristianismo después del decreto de expulsión (1492). La Iglesia (y sus cristianos "viejos") sospechaban que su conversión era una farsa y que, en el secreto de la familia o la secta, seguían cultivando su fe extranjera. Como segundo "diablo" o terror de la época estaba la expansión del luteranismo. Y es que el s. XVI (Lutero colgó sus 95 tesis contra las bulas en 1517) es una de las épocas mundiales de una religiosidad más revolucionaria, un intenso "movimiento hippy" (ja, ja) del cristianismo.
Quién lo iba a decir, ¿verdad? El siglo conocido como la cuna de la ciencia (Copérnico, Galileo), el espíritu experimental (Da Vinci), el racionalismo (Montaigne) es también un siglo "obsesivo-compulsivo" de la religión. No olvidemos que es a mediados del XVI cuando las profecías de Nostradamus se vuelven un chisme clandestino internacional.
Pero la realidad es aún más compleja, pues el poder creciente de la iglesia sobre los destinos humanos también estaba acompañado del "empoderamiento" de la Monarquía. El Rey Carlos I fue, de hecho, el emblema de ese modelo político moderno, donde los antiguos reinos medievales ya no tenían ciertos derechos de autonomía y debían rendir tributos a la Corona central. Absorvió, de hecho, bajo su reinado a la anterior Corona de Castilla, la Corona de Aragón, El Reino de Nápoles, Granada, Navarra, el Ducado de Borgoña, la Austria y el Tirol de los Habsburgo y la Soberanía de los Países Bajos (Flandes y Amberes). ¡Guauuuuuu! Imagínense: todos esos "países" tenían antes del Emperador Carlos I fronteras y gobiernos distintos. Como diría un amigo mío (Juan Priante) junto con Orwell: Bienvenidos al proceso de la centralización mundial del poder. El colmo del descaro de este nuevo absolutismo (que culminaría, como ustedes apuntaron, en el "Rey Sol" Luis s. XVI) fue su respaldo al saqueo del Vaticano (el "Saco de Roma"), cuando las tropas imperiales entraron en la Ciudad Santa, arrasando con todo, en busca del Papa. Imagínense en nuestros días soldados de la OTAN entrando en la Basílica de San Pedro para capturar a Benedicto XVI. Bien, pues algo así sucedió entonces. Fue el gran escándalo ético de la época, junto con las denuncias de las masacres de la conquista de Las Indias (como las que San Bartolomé de Las Casas planteó en la famosa Junta de Valladolid, donde se decreta, en la práctica, el fin de las guerras de conquista y el inicio de la colonización de América).
Y es que en ocasiones la ética de cada época es diferente. Como bien ustedes apuntaron, en aquellos siglos un Papa podía ser papá, además de haber ascendido a ese honor por el simple hecho de ser el hijo de un Médici. Otra diferencia ética fue la resuelta por la burguesía creciente y la aristocracia de linaje medieval. En España la mentalidad aristocrática ganó el partido por goleada, y los nuevos comerciantes enriquecidos en la compra-venta de los tesoros y productos de América fueron cambiando su ímpetu capitalista por el prestigio, honor y poder local ("cacicazgo") que adquirían con la compra de títulos nobiliarios. Trabajar era considera cosa "naca" y como de campesinos. En cambio la Corte, alrededor del palacio del Rey, admiraba el linaje, la cortesía, el patrimonio de la tierra. Es decir, las actividades improductivas. Así nos fue como nos fue en la era capitalista.
Hablamos también del Descubrimiento de América, como una de las noticias más impactantes de la historia mundial y a la que se llegó en busca de especias (que en la época eran claves para la conservación de los alimentos a falta de "refris"). Por cierto, Andrew me confesó después de clase que estuvo a punto de llamarlos "preservativos". ¿Qué chistoso, no? El bueno de Andrew apenas llega a México...¡y a punto está de echarnos su primer albur! (ja, ja). América, un inmenso continente lleno de profundas y diversas culturas, fue arrasado con la ayuda de los arcabuces y su tesoro sirvió, como bien explica Eduardo Galeano (Las venas abiertas de Latinoamerica), para financiar el capitalismo europeo (la industria textil de Flandes, la banca de Génova y Venecia).
En fin, que fue una clase densa de información, una especie de "mole" intelectual... ummm, y como me entró hambre, les dejo. La próxima sesión del miércoles vamos a disfrutar de otra zambullida aún más profunda en el Renacimiento español. Una apasionante época llena, como veremos, de contradicciones.
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